(Por Mireia Esteva)
Podría decirse que uno de los indicadores de la salud de una democracia es el comportamiento respetuoso hacia la diversidad de ideas y la protección de las minorías. No sólo por la existencia de las leyes que la garantizan y por el comportamiento de quienes desde sus posiciones sociales deben ejercer el ejemplo, también por el respeto de los ciudadanos entre sí y del respeto de los ciudadanos hacia sus instituciones y las personas que las representan.