(Por Mireia Esteva)
Los que ostentan este poder en Cataluña han llegado a tal punto de desfachatez que riegan con sus símbolos las instituciones públicas. Con dinero público, llenan con sus eslóganes y banderas las farolas de los municipios donde gobiernan. Incluso blanquean a sus corruptos a través de la televisión pública, como es el caso del capo de la familia íntegra Pujol, íntegramente imputada.