(Por: Mireia Esteva)

En España, quizás debido a nuestra historia reciente, nos cuesta deshacer los dos bloques tradicionales: derecha-izquierda. Cuando no se obtienen mayorías suficientes esto obliga a pactar con los extremos del mismo bando y limita la capacidad de establecer pactos con los moderados del otro. Este hecho tiene consecuencias graves: el reconocimiento tan sólo de los míos aumenta la radicalización política y la introducción de mecanismos que podrían denominarse poco éticos para conseguir el poder, como la mentira y el insulto. También resulta grave y peligroso para nuestra sociedad el hecho que esta manera de hacer otorga más visibilidad y capacidad para situarse en las instituciones a los grupos más radicales, tentados de utilizar poco democráticamente las instituciones y deformando la verdadera representación de la composición social, además de propiciar la desafección de los ciudadanos más moderados.

¿Con  quién pactar?, El Triangle (20/06/2019)