La importancia de una asamblea, como la que Federalistes d’Esquerres celebrará dentro de pocos días, tiene que ver con el contexto social y político en el que tiene lugar. Y, por supuesto, tiene que ver con la capacidad de una asociación como la nuestra para adaptar su discurso y, desde la modestia de los recursos de que dispone, tratar de incidir en la opinión pública.
Todo el mundo es consciente de ello: en nuestro país, en toda Europa y en todas partes, vivimos momentos de incertidumbre. La pandemia y su corolario económico han puesto de relieve la profunda crisis de un orden global injusto, lleno de desigualdades sociales, abocado a una emergencia climática y carente de instituciones capaces de embridar la voracidad de los mercados. La guerra desatada por Putin contra Ucrania proyecta la amenaza de una nueva configuración del mundo basada en la violencia y la conquista. En los países de nuestro entorno, con unas sociedades angustias y polarizadas, los movimientos populistas se alzan como una amenaza inminente sobre las democracias liberales, en pérdida de legitimidad. En España y en Cataluña tenemos una muestra fehaciente de todo, con un gobierno progresista asentado sobre una mayoría parlamentaria poco estable, y un conflicto catalán que no acaba de estar encauzado y que puede conocer nuevos sobresaltos. Nutrindo voluntades centralizadoras, dispuestas a constreñir la diversidad de España, o bien reavivando ilusiones secesionistas, la exacerbación de los sentimientos nacionalistas es una vez más al orden del día.
Es en este complejo escenario que toma todo su sentido el esfuerzo organizado por promover el punto de vista y las propuestas federales. La pandemia nos ha mostrado que las grandes crisis sólo pueden afrontarse desde la cooperación y la solidaridad a todos los niveles institucionales. Sólo los esfuerzos mancomunados de Europa pueden hacer frente a los retos de la transición ecológica. Sólo esta colaboración -en materia fiscal, educativa, de grandes proyectos compartidos…- puede devolver a la ciudadanía un poder democrático de decisión ante la disolución de las soberanías de los Estados nacionales. Y, antes de que en España haya condiciones para acometer reformas constitucionales, sólo la evolución federalista de nuestro Estado autonómico y sus prácticas –lo que algunos llaman “el federalismo de los hechos” – está en medida de ofrecer una salida a la crisis territorial, conjugando el reconocimiento de las singularidades nacionales con una fraternidad y una lealtad sin las cuales la democracia no sobreviviría a la actual tormenta de la historia.
La candidatura Federalistas unidos en la diversidad quisiera que nuestra asociación tomara acta de esta realidad y dispusiera sus fuerzas de forma consecuente. Federalistes d’Esquerres nació en las difíciles circunstancias del “proceso”, reuniendo un espacio de sensatez democrática frente a la locura y el aventurismo del independentismo. Hoy, la etapa es distinta. Pero no menos grave y compleja. Los años de hegemonía neoliberal han desarticulado la sociedad civil y debilitado a sus actores. Nos corresponde, pues, ir a su encuentro, contribuir a su revitalización, propiciando debates, reflexiones y pronunciamientos, promoviendo la perspectiva y los métodos federales frente a los grandes problemas de nuestra sociedad. Y, más intensamente que nunca, toca incentivar esta reflexión práctica en el seno de los grandes sindicatos de clase, el movimiento asociativo y los partidos políticos, empezando por las fuerzas de izquierdas. El federalismo no es un propósito reservado a la izquierda, pero es difícil concebir una izquierda que dé la espalda a ese anhelo, común a todas las tradiciones del movimiento obrero y democrático.
Unidos en la diversidad refleja esta riqueza de sensibilidades en la composición de su candidatura: mujeres y hombres de distintas franjas de edad, procedentes de la órbita socialista, de la izquierda crítica o sin adscripción partidista, sindicalistas, intelectuales, profesionales… Todas y todos comprometidos con los valores federalistas y dispuestos a trabajar duro para ponerlos en valor. Y, justamente por fidelidad al espíritu federal y en consonancia con su propio nombre, esta candidatura ha considerado – y sigue pensando – que nuestra asamblea debería poder votar una lista unitaria, recogiendo lo más ampliamente posible el potencial existente en las filas de Federalistes d’Esquerres. Unidos en la divresidad se inscribe en la orientación de nuestra última asamblea, compartida de forma unánime por todos. Nada justifica, por tanto, derrochar energías en la confrontación de dos candidaturas. En nuestra opinión, sería mucho más provechoso sumar esfuerzos y buscar consensos. Aún no lo hemos logrado. Sin embargo, seguiremos insistiendo, manteniendo ofrecimientos y propuestas hasta el último momento. En momentos como creemos que conviene levantar la vista, considerar la situación que nos rodea y las tareas que nos impone, para medir el alcance real y la importancia relativa de los matices que puedan existir entre nosotros. Unidos en la diversidad pretende encarar la asamblea con esa mirada larga y constructiva. Cabe decir, federal.